Una joya es más que un simple accesorio para llevar puesto. Detrás de cada pieza hay una o muchas historias alrededor de una familia. Todo lo que representa y el momento que simboliza le otorgan un valor sentimental que siempre supera el valor económico que tiene, ya que su legado permanece plasmado en el tiempo, pasando incluso de generación en generación.
En un momento determinado, una joya fue lucida por una persona y ha marcado su esencia, personalidad y estilo, y es que durante siglos la joyería ha sido muestra de la belleza de grandes reyes y emperadores de la historia de la humanidad.
Sentimientos escondidos en joyas
Regalar una joya significa que amas profundamente y quieres hacer sentir especial a una persona por encima de todo. Es así cómo las joyas heredadas son muy valiosas para las familias. Muchas veces estas piezas parecen algo anticuadas, pero incluso un hermoso anillo de tus antepasados puede convertirse en el complemento más valioso de tu joyero.
Las joyas heredadas se vuelven protagonistas cuando llegan los matrimonios. Buscar la cajita de recuerdos de abuela es encontrar los más hermosos tesoros que se podrían heredar. Estas piezas guardan historias de amor de generaciones y son motivo de orgullo para aquella persona que la recibe, ya que el anhelo de amor eterno se hace latente con los recuerdos de parejas que duraron toda la vida juntos.
¿Cómo se valora una joya?
Normalmente las joyas se tasan por su peso y los materiales que las forman. Además, algunos expertos añaden el transcurrir del tiempo y la historia que hay detrás de ellas. Por eso, es normal que no nos sorprendan las cifras infinitas que pueden alcanzar en el mercado pertenencias de reyes o personalidades influyentes, sobre todo cuando sus bienes han sobrevivido por siglos.
Para valorar una joya se tienen en cuenta algunos datos generales, entre los cuales destacamos los siguientes:
Estado general: Para determinarlo se debe analizar la pieza con detalle, eso es lo que hacen los expertos en gemología, con el fin de garantizar su calidad.
Antigüedad: Este aspecto no se toma en cuenta siempre, pero por ejemplo la antigüedad de un reloj, es determinante para definir un precio preciso.
Material: No todos los materiales tienen el mismo valor, por eso es importante determinar todos y cada uno de los materiales que componen la joya y conocer sus características como el número de quilates.
La joya más cara del mundo se denomina L’incomparable y fue creada por la compañía Mouawad. Se trata de un collar con un diamante amarillo con un peso de 407 quilates y decorado con 90 diamantes blancos más pequeños. Esta piedra antes de formar parte del collar del Mouawad, estuvo exhibida en el museo Smithsoniano, en Washington DC. Está valuada en 55 millones de dólares.